sábado, 26 de diciembre de 2009

Caspa radioactiva


El miércoles, tras varios meses fuera de casa por los respectivos erasmus, David y yo nos reencontramos y nos dedicamos a hablar de la religiosidad polaca, de la universidad, de viajes que no realizaremos nunca pero que nos gusta planificar, de un cheque cultural que da el gobierno de Patxi López o de cómo fracasamos en los idiomas. Vinimos a cumplir lo que son las Navidades cuando estás fuera; volver a estar con gente que hace un cierto tiempo que no ves.

En ese grupo de gente podemos incluir a la familia, esa parte más cercana a cada uno, que es capaz de llamarte un viernes a las 00 al móvil de Alemania porque el que escribe estas líneas lleva sin dar señales de vida una semana y les interesa saber si, al menos, aún sigues con vida. Además de cariño, comprensión y comunicación, la familia también es capaz de proporcionarte otras cosas que, de no ser por ellos, serían inalcanzables. No hablo sólo de la educación o de la posibilidad de comer pescado tras verme durante tres meses prácticamente privado de ello. Me refiero también al acceso a determinadas perversiones que mi estimada abuela me permite, como leer la más fascinante revista del panorama nacional: el ¡Hola!.

Cabe preguntarse cómo una persona octogenaria como mi abuela, que ha sobrevivido a una guerra civil y una postguerra y cree firmemente en Dios, pueda desarrollar una confianza tan grande en la prensa rosa. También cabe preguntarse cómo yo, que ni he sobrevivido ni creo en nada, puedo sentir una atracción tan grande por el ¡Hola!. Puede ser el mundo casposo, pseudoelitista y superficial que muestra lo que me hace Navidad tras Navidad (cuando aparece bajo el brazo de mi abuela) hojearlo de forma obsesiva. Puede también que sea la forma en que está escrito, con un lenguaje meloso y falso. No es descartable que lo que me enganche sea la frivolidad que desprende. En cualquier caso, me plantearía seriamente si me doy asco, si no fuera porque hay gente que ve series como Física o Química o escucha El canto del loco con absoluta devoción.



Como eje principal de la publicación está nuestra querida Familia Real. Todo gira entorno a Letizia. Princesa cercana al pueblo y sensible cuando corresponde. En otras ocasiones, sólo para alabar su forma de vestir y hacer de ello algo principal, adornado con adjetivos como "moderno" o "veraniego". Por supuesto, cuando habla de ella, no se dice que pueda tener problemas de peso (¿anorexia?), cosa que la prensa europea trata con normalidad al mencionarla o que mis compañeras de piso (Francesa&Alemana) me preguntaron en una ocasión.

Obviamente, que los royals jueguen un papel importante, no deja de lado a otros famosos. Son estupendas las entrevistas en las que alguien se sincera, al estar todas guiadas por el mismo principio: cuanto mayor sea el dinero que el entrevistado recibe, mayor será su sinceridad. Que la relación entre verdad y dinero es directamente proporcional, es algo que aprendes con el ¡Hola!. Por si quedaba poco claro su papel formativo, hay que mencionar también su importante rol a la hora de permitir conocer ciertas celebraciones elitistas y con contenido altamente machista como las puestas de largo. Sirven para presentar a la sociedad (sic) a una chica (de familia bien, claro) y mostrar que ella ya está en edad casadera. La fulana en cuestión posa con varios vestidos y se le hacen preguntas no excesivamente elevadas tipo: ¿Tienes novio?¿Qué piensas ser en el futuro?

El ¡Hola! era hasta el momento completamente en color salvo un par de hojas. Eran las páginas de sociedad y en ellas aparecía lo más tradicional y putrefacto de la sociedad española. Señoras sexagenarias (mujeres de) que montaban un mercadillo benéfico, bodas de empresarios, presentaciones de nuevos comercios, bautizos de familias poderosas. Todas esas noticias sociales tenían un punto común: se trataba de personas que pagaban por aparecer demostrando opulencia y poderío, lo cual, junto al blanco y negro de la sección, venía a dar una plena sensación de que efectivamente estábamos ante lo más rancio del país. Representaba un quiero-y-no-puedo. Por eso, a poco alto que fuese el nivel de hijoputismo del lector, encontraba aquello como la mejor parte de la revista y se regodeaba en la mediocridad de los que salían allí. Todo eso fue hasta hace poco, que decidieron, al fin, colorearlo dando de esta forma un cierto toque de modernidad y legitimidad a toda la caspa que se exhibía. Craso error, los que leemos y disfrutamos la revista por pura perversión no nos merecemos algo así.

Fotos: La primera corresponde al escritor del que David se compró un libro con el cheque de Patxi y que ha escrito los relatos que estoy leyendo ahora. We love Anagrama. La segunda imagen corresponde a un número especial que el ¡Hola! dedicó a los gorilas.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Historias de la Hahnenstrasse: La magnitud de la tragedia


Las experiencias infantiles condicionan, hasta un punto superior al que cualquiera imaginaría, la posterior existencia y desarrollo del individuo. Echando la vista atrás, mi Señora Madre, por razones que desconozco, siempre me privó de esa crema llamada Nutella. Especulando, podríamos decir que fue porque me conocía bien y sabía que, de comprarla, duraría poco. Tuve así que limitarme a sólo poder comerla en los cumpleaños a los que era invitado. Allí, untada en pan de sandwich, el objeto de mi deseo se plasmaba en algo real, tangible y comestible.

La emancipación del erasmus no significó para mí poner lavadoras o preparar comida y cena día sí, día también. El verdadero elemento rupturista vino con una de las primeras visitas al supermercado, en la que, infringiendo la que hasta ese momento había sido doctrina materna (nutella NO), sucumbí a los cantos de sirena del frasco marrón y lo incluí en la cesta de la compra. Toda una actitud de rebeldía a 2.000 km de mi casa, como se puede comprobar. Lo poco que duró el tarro, expliquémoslo por la represión sufrida en la infancia, vino a dar la razón a mi madre sobre la poca conveniencia de caer en ello. Conclusión, no ha vuelto a aparecer en las estanterías de mi casa alemana.

Dejando de lado mis problemas con la Nutella, mis compañeras de piso (Francesa&Alemana) han conseguido hacer de ella el verdadero orgullo de la casa. ¿Cómo? Fácil, tienen un bote de 5kg de la preciada crema. Si usted estaba orgulloso del suyo de 750g, admita su derrota. Cada persona que llega a la Hahnenstrasse 19 se queda maravillada ante el frasco. Y todos formulan una serie de Frequently Asked Questions (FAQ) tipo: ¿Hay de verdad algo en su interior?¿Es verdad que caduca en marzo de 2010 y que se la tienen que comer antes de esa fecha?,¿De dónde lo sacaron?



El bote de Nutella de los cinco kgs, motivo de orgullo como ya he dicho, estuvo cerca de convertirse en un motivo de vergüenza y burla: Su tapa se quedó encasquillada y no se podía abrir cuando todavía quedaba más de la mitad de su contenido en su interior. Un precioso tarro de plástico inútil. La alemana, propietaria, se portó conforme a lo que los cánones de su nacionalidad dictan. Es decir, no se inmutó. Igual que se vayan a la basura más de 2,5kgs de la crema en cuestión.

La francesa, copropietaria, nos pidió ayuda al ruso y a mí, que rápidamente demostramos nuestra debilidad e incapacidad para desatascar la tapa. Fue entonces cuando hizo lo mejor saber hacer los franceses: protestar. No se resignó, e intentó una y otra vez desencasquillarla ¡Allons enfants de la Patrie!. Con paños y cuchillos lo probó; infructuosamente. Y, cuando la magnitud de la tragedia ya iba a ser real y el frasco irse a la basura, haciendo uso de su fuerza por enésima vez, consiguió abrirla y evitar que el drama fuese cierto. Por cierto, luego hizo la segunda cosa que mejor hacen los franceses: presumir escribiendo en el papel en el que está redactada la Norma Fundamental, también conocido como Putzplan, que "Eva hat das Nutella um 22.18 geöffnet mit ihrer eigenen Kraft" (Eva ha abierto la Nutella a las 22.18 con su propia fuerza). Pura represión.

Fotos: El tarro de nutella comparado con otro relativamente normal foto superior. En la segunda foto, inferior, el putzplan con la frase en cuestión. Por cierto, para el que sepa alemán, sí, el geöffnet está colocado donde le vino en gana. Otra hipótesis es que luego quisiera añadir el "mit ihrer eigenen Kraft" a su mayor gloria, algo nada descartable.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Corresponsales


Mi periódico es EL PAÍS y, tras varios años leyéndolo, puede decirse que lo conozco bien. Me he acostumbrado a su formato y me gusta. Si sigues el orden natural de las cosas, tal y como Dios (aka Polanco) lo ha concebido, y pasas de la portada a la página dos, te encuentras con la sección Internacional. O porque está bien escrita, o porque quienes se dedican a ella tratan asuntos interesantes, suele ser frente a la que más tiempo paso.

Ser asiduo de la sección Intenacional supone que acabas leyendo a los corresponsales. Unas personas concretas con las que puedes establecer una cierta empatía pese a no conocerlas físicamente. Abres el periódico y sabes que es probable que Ángeles Espinosa escriba algo desde Teherán, que Walter Oppenheimer te cuente lo aburrido que es Gordon Brown y el desafecto que causa entre los británicos o que Mauricio Vicent te diga cómo trampean los cubanos alguna prohibición estatal. Te narran lo que pasa en su zona y puedes llegar a identificarte tanto con él que cuando fallece, como pasó con José Comas (era corresponsal de EL PAÍS en Berlín), sientes pena y tristeza.

De entre todos los corresponsales que ha tenido EL PAÍS, ha habido uno que ha hecho que todos los días comprobase de arriba a abajo si aparecía publicada alguna noticia o artículo que él hubiese redactado. Su nombre es Enric González. De acuerdo que fuese el encargado de Italia, un país surrealista, pero su cobertura de hechos coyunturales que iban sucediendo allí (elecciones, luchas internas de la izquierda, economía) sobresalía. Lo que escribía desprendía una ironía enorme. No tenía piedad con las dificultades de Berlusconi para reconocer su derrota electoral de 2006.

Es evidente que la prensa deportiva española no deja de ser sensacionalismo. Enric González, seguidor del Inter, escribía una columna cada lunes sobre el Calcio (liga italiana) que contrastaba con lo publicado en ese género. Leerla era tan imprescindible que, años después, alguna editorial lo publicó en forma de libro. Se burló de lo putrefacto del sistema italiano y de la corrupción existente; Luciano Moggi, director general de la Juventus, está encarcelado por hacer trampas. Narraba la vinculación política de algunos clubes y la mala suerte y el fracaso de otros como el Torino, cuya estrella de los años sesenta, Gigi Meroni, fue mortalmente atropellado en su momento de máximo esplendor por quien unas décadas después llegaría a ser presidente de ese equipo. En realidad, aquellas columnas no tenían nada que ver con el fútbol. Simplemente eran una muestra más de lo que es Italia.



Si cuando dejas una corresponsalía te ofrecen una columna diaria de lunes a viernes, más otra los domingos, es porque has hecho tu trabajo razonablemente bien. Y eso es lo que le ofrecieron y aceptó. Por eso, hemos estado disfrutando estos últimos dos años de escritos de menos de trescientas palabras en las que se burlaba de Zapatero (no sabe adónde va) y del PP (Rajoy también ha sido vapuleado). También contaba momentos de su vida periodística como su sorpresa cuando, en medio del caos y la anarquía de las matanzas del Congo de 1994, le había suplicado a un negro que le dejase utilizar un teléfono para enviar su crónica a Barcelona y éste le había respondido (al oir la palabra "Barcelona"): ¡Visca Catalunya Lliure i socialista!". Al parecer, un misionero se lo había enseñado.

Pese a que gente como Saramago ha alabado las columnas de Enric, no todo ha sido un camino de rosas. El 30 de abril de este año le hicieron lo más patético que le pueden hacer a un periodista; censurarle. Sí, EL PAÍS, mi periódico, también censura. Y eso es algo repugnante. No debió hacer mucha gracia su afirmación, en la columna que tenía que ser publicada ese día, de que: "cualquier día, en cualquier empresa, van a rebajar el sueldo a los obreros para financiar la ludopatía bursátil de los dueños". Lo vieron como un ataque a los propietarios del diario, que se dedican a eso. Esa columna no vio la luz. No obstante, no ha sido el primero ni el último que se ha visto afectado por ello: Fernando Savater incomodaba cuando la tregua con ETA, y algún artículo suyo no fue publicado.

Enric González publicó ayer su última columna. Desde enero vuelve a ser corresponsal, ésta vez desde Jerulasén. Sabe mucho de religiones y, en especial, de la hebraica. Habrá que volver a mirar detenidamente el periódico de cada día. Aunque sea sólo para saber si ese día se publica algo escrito por él.

Nota Marginal: Ya que has leído el texto, lee los artículos linkeados. Merecen la pena.
Fotos: Portadas de dos libros de él. La primera, Historias del Calcio, ya mencionada arriba. Con respecto a la segunda, Historias de Londres, fue corresponsal durante un tiempo allí. Además de en Nueva York, París, Washington y Roma. Pese a que hay fotos de él circulando por Google, siempre ha manifestado su rechazo a la popularidad y se ha planteado si hay una necesidad real de conocer la cara del periodista.

martes, 24 de noviembre de 2009

El cacharro inútil providencial

El día que llegamos a Cork, mientras inspeccionábamos todos los rincones del apartamento por primera vez, tuvimos que calmar nuestra ansiosa exploración en la cocina para contemplar el siguiente artefacto.

Qué porte, qué diseño. La quintaesencia del modernismo.

Perplejos nos quedamos, como en la película Los dioses deben de estar locos, cuando un miembro de los bosquimanos o !Kung san, una tribu cazadora-recolectora de África, se encuentra una botella de Coca Cola (atentos a mi descubrimiento: cómo enlazar un video de Youtube desde un punto en concreto). Como es evidente, no tienen ni repajolera idea de qué puede ser semejante objeto, y deducen lo más lógico: lo han enviado los dioses. A partir de ahí, la comedia. Las risas. El JA-JA-JA.

Realmente no acabo de saber cómo llamarlo: calienta agua, hervidero de agua, jarra modernuqui aerodinámica, elemento decorativo W... o kettle, según me chiva mi compañero de blog. Como habrán deducido los lectores, siempre a la última en lo que a electrodomésticos se refiere, sirve para calentar cierta cantidad de agua hasta el punto de ebullición (este modelo: 1,7 litros). Resultaba como mínimo irónico que en aquel momento no tuviéramos ni sábanas, ni el frigorífico en marcha, ni enchufe libre para el microondas, ni agua caliente en la ducha, ni radiadores que funcionasen, ni comida, ni la esperanza de sobrevivir hasta el día siguiente... y sin embargo hubiera un puto cacharro que hiciera hervir el agua.

Sin embargo, más de dos meses después, aquel odioso cacharro, tan marginado en la encimera, se ha tornado providencial. Su existencia ha merecido la pena. Debido a las famosas inundaciones, teníamos poco agua, y mucho menos caliente, así que calentándola con el invento este y transportándola en botellas de 7Up al baño pudimos ducharnos de una manera más o menos digna. En realidad, lo importante no fue la calidad de la ducha, sino que ya nos sentimos preparados para sobrevivir incluso en las condiciones más extremas, hasta con los bosquimanos. Siempre que tengamos una kettle de estas, claro, ahora convertida en reina de la cocina.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Génesis, 7:10

En Irlanda empieza a ocurrir lo que en todo el hemisferio norte, si es que la tierra aún no se ha vuelto loca definitivamente: hay menos horas de luz, el día es más gris (más aún) y, sobre todo, llueve bastante más (muchísimo más aún). No he acudido a la ciencia, ni comprobado ningún dato oficial, pero estoy seguro de que la cantidad de agua que ha caído en Cork desde el pasado miércoles podría solucionar varias veces consecutivas todos los problemas hidrológicos del sur de España, incluído el de oír periódicamente estupideces sobre trasvases, insolidaridad y campos de golf. Además, el agradable viento huracanado hacía de los paraguas objetos más inservibles que un chicle para salir de la cárcel (excepto si eres McGyver), la calle estaba tan llena de cadáveres paragüiles que la Rihanna esa habría llorado (¡venganza!, nosotros ya sufrimos su canción). Ya no tengo dedos en las manos para contar las veces que he llegado soaked a clase o a casa (tengo que demostrar de alguna manera que mi inglés va improving, tronkos).

Dijo George Harrison que una vez, después de mil días típicos ingleses, grises y agrios, estaba paseando por su jardín el jardín de su colega Eric Clapton y comenzó a sentir los cálidos rayos del astro rey (qué guapo queda llamar al sol así). Entonces compuso la maravillosísima Here comes the sun: tierna, alegre, pegadiza, sencilla, directa y mil adjetivos más, y perteneciente a esa categoría de canciones que te transmiten al instante alegría y ganas de vivir. Y eso no es fácil, aunque lo parezca. El viernes amanecimos en Cork cantando esa canción. Llegó el sol. The sun came. Lamentablemente, no pudimos entonar el "it's all right" del final.

Cuando íbamos a la universidad por el camino junto al río Lee (muy aficionado a la literatura él) no supimos atar cabos: las aguas estaban demasiado agitadas y demasiada gente venía en dirección contraria a la nuestra. Como había jubilados quizá pensamos en una comida popular gratuíta o en unas obras con una buena puesta en escena, del gusto de la tercera edad, pero estábamos equivocados. Cerca del puente convertido en canción de Simon & Garfunkel había un muro derribado por un constante torrente de agua, así que no pudimos cruzar. Volvimos para tomar otra ruta más cercana al centro de la ciudad, pero, oh, sorpresa, cuando vimos que la calle que teníamos que utilizar estaba inundada. Entonces nos fuimos enterando de todas las noticias.

Cuando nosotros lo vimos, aún caían cantidades ingentes de agua por el ex-muro. Se barajan los nombres de Pepe Gotera y Otilio para arreglarlo. Lo del fondo es un hospital que también tuvo que ser desalojado.

Nos encontramos con el profesor que impartía la asignatura a la que íbamos y como no podíamos pasar (a no ser que tuviéramos una zodiac en el bolsillo), acordamos suspender la clase. No hacía falta tal acuerdo: las clases ya habían sido oficialmente suspendidas por la universidad. En principio eran sólo para ese día, pero ahora, tras conocer que ha sido la peor inundación de Cork en 30 años, también nos han dejado la siguiente semana sin clase, hasta el 30 de Noviembre. Todavía no he visto fotos de la universidad, y ni me he acercado, pero sabiendo que el río no es que pase cerca, sino que está en el mismo campus, no quiero ni imaginarme como habrá quedado nuestra querida UCC.

Esta es la entrada al Mardyke Arena, el gimnasio de la universidad. No entiendo qué necesidad había de que quedara así, si ya tenía piscina.

El centro de la ciudad se recuperó bastante rápido, cuando yo salí cámara en mano ya estaba más o menos en una situación normal (salvo la típica imagen de telediario, con comerciantes limpiando la tienda o sacando productos completamente empapados), pero las calles principales de Cork a las 8 de la mañana habían estado también bajo las aguas, con bomberos, policía e incluso fuerzas armadas a todo trapo (ah, nada mejor que una catástrofe natural para justificar la existencia de los ejércitos).

Ya en casa, estuve con la cara desencajada pulsando el F5 en la web del Cork City Council, donde colgaban actualizaciones periódicas. Hasta entonces todo esto nos había afectado de una manera indirecta: nuestra residencia seguía intacta, sólo perdíamos una semana de clase (estamos MUY apenados), teníamos calefacción... pero entonces llegaron las malas noticias. Al parecer, la megainundación esta había causado bastantes daños en la planta depuradora de Cork. También tiene cojones, parece un chiste. Se cortó casi todo el agua por miedo a que estuviera contaminada. Sólo quedaba la de reserva de cada casa. En principio era para cuatro días, y ya nos echamos las manos a la cabeza. Ahora los plumillas de la prensa dicen que vamos a estar nada más y nada menos que una semana sin agua. Lo único que se puede decir en ese caso es: WTF? Ahora parece que hay algo de agua (sólo fría), porque han conectado unas reservas especiales, y también han puesto puntos de abastecimiento de emergencia en diversos lugares de la ciudad. Ni que decir tiene que las compañías de agua embotellada están empezando a utilizar el oro como elemento decorativo de sus sedes, sus botellas volaron de los supermercados (como buen conspiranoico, no descarto que ellos provocaran la inundación) y algunos sólo podemos beber maldito 7Up. Y cerveza, claro.

Esto es Grand Parade, una de las calles principales de Cork. En un principio se pensó en importar gondólas desde Venecia. No cuajó en la tradicional sociedad irlandesa.

Pero si todo esto supone, sin duda, una incómoda situación, lo peor de todo el día, lo puto peor, es que algún listo, tonto, desgraciado, borracho o algo peor se llevó mi amada cazadora azul mientras celebrábamos el estado de emergencia en un bar. Pero que sepas una cosa, querido desconocido: si te veo por la calle con mi cazadora puesta te puede ocurrir algo terrible. Palabras clave: semi-vasco, cóctel molotov, kale borroka.

Las fotos las he sacado del álbum que tiene un tal David Hegarty sobre estas inundaciones. Aparte de servir para hacerte una idea de la magnitud de la riada, las imágenes son una maldita pasada, merece la pena darse una vuelta por su Flickr.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Wir sind das Volk!


Alemania hoy se ha levantado con resaca. Ayer hubo celebraciones por todo lo alto con motivo de la conmemoración de los 20 años de la caída del muro de Berlín, hecho considerado como el primer paso para la reunificación. Numerosos Jefes de Estado y estadistas (el libro de estilo de Cerveza Amarga no prohibe utilizar palabras vacías de contenido como ésta) se dieron cita en la capital y festejaron el magno acontecimiento. Hermoso discurso de Merkel, Barenboim dirigiendo un concierto, muchísimos ciudadanos, fuegos artificiales, portadas de periódicos, etc. A falta de un oportunista, llegaron dos. Por una parte, Sarkozy nos reveló en su perfil de Facebook que, tras recibir informaciones aquella mañana de 1989 sobre lo que se avecinaba, decidió plantarse frente a la puerta de Brandemburgo y tuvo la ocasión de presenciar el hecho histórico así como de escuchar a ciudadanos que se acercaban y le hablaban de "sus sentimientos, sus ambiciones nuevas y emociones tras décadas de separación de los dos países" (sic). Cosa harto improbable, porque el asunto tuvo bastante de espontáneo y, el hoy presidente francés, era por aquel entonces un mero alcalde. Por otra parte, el ultrasolidario Bono, ser tan coherente como para ir a África a reclamar fondos y, a la vez, decidir cambiar el domicilio fiscal de U2 de Irlanda a Holanda (para pagar menos impuestos), se sumó a la parafernalia.

Los alemanes están orgullosos de la reunificación y de ser un único Estado. Les encanta la idea de la comunidad/Volk. No es algo caprichoso que en las cervecerías los bancos sean corridos y estén pensados para que unos y otros coman y beban juntos. Tampoco es un casualidad que tengan un sistema de copropiedad distinto al del Derecho romano. El Derecho Germánico, cuando dos personas son propietarias de una cosa, no contempla que cada una tenga una cuota o proporción sobre el objeto en cuestión. Los dos responderán de forma común y, en el caso de querer venderla, se necesitará el consentimiento de la otra persona. Por otra parte, los eventos masivos son bastante celebrados (en pocas horas comienza el carnaval en Colonia y se espera que más de 250.000 personas se den cita en el centro de la ciudad). En definitiva, 40 años después de acabar la segunda guerra mundial, podemos hablar de una Nación en la que los de una parte y otra se pueden relacionar.

¿Todo maravilloso?¿La reunificación ha resuelto todo?¿Hay un completa sensación de comunidad/Volk? En absoluto. Cuando has estado 40 años separado (literalmente) de los de al lado y con dos sistemas distintos, las cosas no son tan fáciles como parecen. Más que una reunificación, no es descabellado decir que hubo una anexión de un Estado al otro. La RDA (comunista) se derrumbó y la RFA (bloque occidental) la absorbió. La Constitución es la de la RFA (modificada), y la forma del Estado también. La separación originó dos términos: Ossi (alemanes que vivían en la zona comunista) y Wessi (alemanes que vivían en la zona capitalista). La reunificación no ha conseguido acabar del todo con esa separación. Los primeros, en un ámbito privado, hablan de la familia y los niños. Los segundos, en el mismo ámbito, del trabajo. Los Ossis consideran a los Wessis prepotentes. Los Wessis a los Ossis sumisos.

Parte de los ciudadanos de la Alemania comunista (Ossis) no se sienten identificados con el nuevo Estado, y se ven más como algo anexionado que como otra cosa. Quizás ahora pueden decir lo que piensan, pero antes había trabajo. El problema del desempleo azota actualmente al este. Mano de obra cualificada del estado comunista se tuvo que ir a la calle al haber una reestructuración y el paso de un sistema de economía a otro. Muchos de los que encontraron un nuevo empleo fue en empresas que no tenían nada que ver con lo que ellos habían estudiado. Además, los salarios ahora son escasos y apenas dan para nada. Antes no eran mucho más grandes, pero sí suficientes. No habiendo tantos productos, eran felices. Así, hay una cierta añoranza por los tiempos pasados.



Todo esto quedó reflejado en Goodbye Lenin! Con ella, apareció un nuevo concepto: La Ostalgie. Nostalgia del Este, nostalgia de la Alemania comunista. La película era maravillosa y Yann Tiersen contribuía a ello. Suponía una corriente del cine europeo (otras películas como Amelie también se podrían enmarcar ahí) y el centro izquierda se ensimismó con ella. Había empleo, seguridad, educación y la gente no moría de hambre. Además, era más fácil sentirse identificado con aquella sociedad que con la actual, repleta de McDonalds. Y entonces apareció la pregunta: ¿Y si no se viviese tan mal bajo el comunismo?

La respuesta tardó cuatro años en surgir, pero vino también del cine europeo. En 2007 se estrenó La vida de los otros. Se desarrollaba en la Alemania comunista y mostraba una sociedad asfixiante, con una policía secreta (Stasi) con 100.000 personas que trabajan como agente y otros varios cientos de miles más que colaboran con ella. Todos pueden ser acusados de cualquier delito contra la seguridad del Estado y la arbitrariedad es absoluta. Por si quedaba alguna duda, ese mismo año otra película europea, la rumana cuatro meses, tres semanas y dos días, venía a mostrar cómo era practicar un aborto en ese país cuando aún se encontraba bajo la dictadura comunista. Un mundo sórdido, trámites estúpidos para reservar un hotel, edificios derrumbándose, miedo a ser delatado, riesgo para la salud de la embarazada al ser ilegal, miedo a contarlo ante la familia, desencanto absoluto.

Una vez respondida la pregunta, sólo cabe desear que, cuando se cumplan los 25/30 años de la caída del muro de Berlín, seres como Sarkozy o Bono no intenten copar el protagonismo. Mejor que lo celebren los ciudadanos sin oportunistas de por medio.

Nota Marginal: La añoranza por el tiempo anterior se representaba en Goodbye Lenin! con el bote de pepinillos. Debe ser cosa soviética y de procedencia rusa, porque ayer, haciendo limpieza del frigorífico y tirando cosas que no pertenecían a nadie de los allí presentes al haber sido abandonadas por anteriores inquilinos, apareció un frasco de cristal de Moskauer Gurken (pepinillos de Moscú).

miércoles, 28 de octubre de 2009

Tomates Verdes fritos


A los pocos días de llegar a Irlanda, David escribió una entrada en la que explicaba de forma detallada las distintas asociaciones que existían en su universidad de llegada. Tal y como él decía, diversos ámbitos como la farmacia, el ajedrez y el ateísmo (entre otros muchos contrapuestos) se daban cita en una sala enorme para darse publicidad y que nuevas personas entrasen a formar parte de ellas. Actividades absurdas a la par que divertidas como el día internacional de la blasfemia se convertían en algo común. Si comparamos a Colonia con Cork, los alemanes sufren una estrepitosa derrota, demostrando que, en ocasiones, pueden ser tan serios como aburridos. El 12 de octubre, primer día de universidad aquí, permitieron a cada agrupación montar su propio tenderete donde daban información y dulces (esto último más importante que lo anterior) sobre las actividades que organizaban y hacia dónde se enfocaban.

Asociaciones centradas en temas filosóficos (búsqueda de la felicidad), proyección de películas, formación para adolescentes susceptibles de abandonar la universidad, el grupo universitario de gays y lesbianas, etc. Todos con dulces y bolígrafos dispuestos a seducir al gran público. Si de caramelos se tratase, la agrupación de estudiantes islámicos se llevaba la palma al ofrecer unas chocolatinas con cierto sabor a coco. Tampoco estaba nada mal el puesto del equivalente germánico a las Nuevas Generaciones. Qué juventud: jóvenes, cristiano-demócratas y con unas galletitas deliciosas. A este paso, y de forma bastante probable, a los cuarenta años ya habrán conseguido su entrada al Reino de los Cielos. Me dieron chicles y, a cambio, varios panfletos en los que se informaba de próximas reuniones que celebrarían. En comparación con Cork, todo más aburrido y serio, con gran predominancia de otras asociaciones religiosas.

Con las manos llenas de caramelos y bolígrafos, y sin encontrar nada que me interesase lo más mínimo, volví a casa. Cuando me disponía a tirar ya todo a la basura, me dí cuenta de que, entre lo mucho que había cogido, estaba un panfleto de los Verdes. Tienen una asociación en la universidad y yo no me había enterado. Se reunían al día siguiente, como presentación de lo que iba a ser el semestre (aquí la cosa va por semestres que duran cuatro meses. ¿Lógica? Inmanuel Kant, explícamelo). No sé muy bien si fue mi interés en lo relativo a la protección del medio ambiente, si fue mi interés por el mencionado partido, si fue la humedad o qué exactamente, pero el 13 de octubre a las 19.30 estaba sentado en una habitación con otras 20 personas y dispuesto a formar parte de la asociación ecologista.

El que un estudiante erasmus (sólo-se-van-de-casa-para-emborracharse), español (el medio ambiente les es muy indiferente) y con un nivel del idioma bastante mediocre, estuviese rodeado de varios alemanes les creó cierta sorpresa. Pero que el mismo estudiante erasmus, español y con nivel del idioma mediocre volviese a la reunión de la semana siguiente fue ya algo con lo que ya no contaban. Están locos estos hispanos. Y, para resolver las inmensas preguntas que se hicieron, les dije que me interesaba la ecología.


¿Son todos los que van unos malditos perroflautas herderos de mayo del 68? Ninguno de ellos lo es. Hay estudiantes de todas las carreras y tantas mujeres como hombres. Y todos tienen pinta de escuchar a Franz Ferdinand contínuamente. Las reuniones de los verdes son relajadas, en ellas se bebe cerveza (las dos primeras veces me olvidé de comprarla, ayer ya acudí preparado con una bajo el brazo) y la gente lleva galletitas con chocolate y bombones. Pero, si algo les hace estar a la vanguardia, es el comprar bolsas de zanahorias del supermercado y comérselas crudas. ´También el que cada vez que llega alguien nuevo al grupo, hay que hacer una ronda de presentaciones de los componentes en el que también se dan informaciones de carácter tan confidencial como qué verdura es tu favorita.

El próximo 14 de diciembre hay elecciones al claustro escolar en la Universidad de Colonia. Y los Verdes se volverán a presentar. En la anterior ocasión consiguieron un resultado nada desdeñable duplicando su número de representantes. Esta vez acuden con un "proyecto estrella" bajo el brazo: Un panel solar para la Mensa (comedor universitario). Desgraciadamente, mi nivel de idioma no llega al punto de enterarme de todos los detalles de la propuesta fotovoltaica, pero ya se encuentran barajando qué soluciones adoptar para financiarlo. Están avalados por el éxito que tuvieron en las elecciones generales de septiembre, así como lo conseguido por los ecologistas franceses en las elecciones al parlamento europeo de junio, en las que consiguieron ser la tercera fuerza más votada, dejando en ridículo al Partido Socialista de allí (bueno, últimamente ridiculizar a la socialdemocracia no es muy difícil) y logrando un 16,2% de sufragios. Tiembla Sarkozy, tiembla Merkel.

Fotos: La primera mangada por ahí de internet. La segunda mía, chapa de cerveza que aquí se bebe mucho; la Kölsch. Aunque ayer me dí cuenta de que los Verdes no beben de esa marca. Beben Kölsch de otras como Gaffel. Escapa a mi conocimiento el motivo.

lunes, 19 de octubre de 2009

Mentalidad participativa

Siguiendo un poco con la tónica más costumbrista y puramente descriptiva del blog, voy a escribir un texto que sólo podría clasificarse como TOPICAZO ULTRA-MANIDO de aquellos que narran las peripecias Eramus y los viajes en general. Pero no por ello deja de resultar curioso para un paleto como yo, coño. Pongo lo de "coño" para darle más fuerza a la frase.

Así pues, vamos a ver diferencias culturales entre Irlanda y España en cuanto a las clases. Me refiero a la educación, las aulas, no me saquéis a Marx ahora.

Allá por los primeros días de universidad, acudimos a una reunión de una de las famosas asociaciones, en concreto la de teatro. Explicarían los proyectos para el curso, las obras que se iban a representar, las actividades que se podían desarrollar (además de interpretación hay talleres de sonido, creación de decorados, iluminación...). Primera sorpresa: la reunión se celebraba en un aula enorme, que, encima, se llenó hasta los topes.

Segunda sorpresa: tras una breve representación (que me aspen si entendí algo de lo que decían, era el inglés más infernal que jamás haya circulado por mi sistema auditivo), anunciaron que iban a organizar una pequeña improvisación y que, oh, bondadoso público, iban a necesitar ocho voluntarios. Mis defensas se activaron, así que me hice más líquido (es una habilidad que aprendí a dominar en la escuela de Charles Xavier) y empecé a escurrirme en el asiento por si acaso. Como cuando pregunta el profesor y no le miras a los ojos no sea que te toque la bonoloto.

Pues bien, no había nada que temer. No sólo no me tocó salir de voluntario, sino que aunque me hubiera levantado, hubiera agitado los brazos espasmódicamente y me hubiera puesto a gritar "God save the Queen!!" TAMPOCO HABRÍA PODIDO PARTICIPAR. Mis ojos no daban crédito (¿para qué quieres el dinero? ¿quién te avala? Sí, esto anterior es un chiste), un montón de personas querían subir al estrado, de hecho, bastantes más que los ocho requeridos.

Este es el Student's Centre, un edificio muy chulo del que ya hablaré más. ¿Por qué pongo aquí esta foto? Porque se ve a los jóvenes desenfadados activos y... ¿participativos? ¿Ha colado?

Por un momento me puse a pensar cómo se habrían desarrollado los acontecimientos si se hubiese celebrado esa reunión en España (si es que semejante iniciativa llegase a tener salida, claro), cuánta gente habría acudido, cuántos voluntarios se habrían presentado, cuántos tirones de jersey habrían hecho falta para sacar a la gente de sus asientos, etc. Esta es una labor que, altruistamente, cedo a los lectores, a ver si comenta de una puta vez alguien más aparte de los habituales.

Creo que es algo conocido que en los países de tradición anglosajona (no sé si se escribe junto, separado, con guión o qué coño) la educación, en general, tiende a ser bastante más participativa, no hay miedo de preguntar al profesor (aunque sea la mínima parida), se establece más debate, interacción... frente al "recito mis apuntes y tú los copias como un cosaco" al que estamos acostumbrados en España. Aquí claro que se cogen apuntes, pero una millonésima parte de lo que en España. En cualquier caso, el tema daría para otros cuantos textos de los que, desde luego, no os váis a librar.

Una de esas "Notas marginales": releyendo el texto me veo tan moderado, soso, aburrido y duermeovejas que me entran ganas de borrarlo todo y ponerme a despotricar contra el primer grupo social que odie que se cruce conmigo. Sin embargo, Cerveza Amarga también tiene su lado amable y se limita a lamentar por todo lo alto su ausencia en la manifestación contra el aborto en defensa de la vida del pasado sábado en la capital del Reino. Habríamos deseado de todo corazón acompañar al pueblo en su lucha contra la implantación del holocausto uterino obligatorio a los 16 años.

viernes, 16 de octubre de 2009

Yo no me inmuto


Colonia tiene una vida cultural de bastante nivel. Aquí se encuentra un conservatorio que atrae a mucha gente. Además, la oferta de eventos es suficientemente amplia. Grupos de gran importancia que presentan álbum hacen escala aquí, y otros más pequeños también la tienen en consideración. Tras babear al ver lo que musicalmente se avecinaba, decidí comprar una entrada para The XX, a los que había escuchado por encima. El precio no era desorbitado, más aún si tenemos en cuenta que la crítica ha recibido su primer y, hasta el momento, único álbum con calificativos como "uno de los discos de la década". Otras publicaciones como el Ep3 (en mi casa cumple una función bastante útil; absorbente cada vez que cae agua al suelo. No hay por donde cogerlo si no es para eso) le han otorgado 4 estrellas y media sobre cinco. En cualquier caso, ir a ver cómo sonaban permitía huir por unas pocas horas de la terrible vida alcohólica del erasmus.

De esta ciudad, en comparación con Valladolid, llama la atención la numerosa cantidad de salas privadas que traen a grupos y organizan conciertos. El Luxor, sitio donde se celebró éste, es uno de ellos, y la acústica es muy digna. Antes de que The XX saliese al escenario actuaron unos teloneros: Holly Miranda. Desprendían un cierto tufillo Russian Red. Una vez que uno se convencía de que ni Cigarettes ni la de Hagend Dagsz iban a aparecer por el repertorio, acababan siendo buenos. Eran tan folkies como ingenuos, pero me gustaron. Quizás porque tenían un leve toque eléctrico al que ni Lourdes, ni Annie B. Sweet han llegado aún.

El público en los conciertos resume la impresión que uno se lleva de los alemanes cuando lleva aquí casi un mes. Pueden ser civilizados, votar a los verdes, comer yogures, salchichas y beber cerveza amarga, sí. Sin embargo, no son nada freundlich. Se dice que llegar a ser amigo de un alemán cuesta seis meses y mucha paciencia. Sea verdad o no, lo cierto es que se guían por la filosofía de: YO no me inmuto. En su vertiente activa y pasiva. En lo activo porque en las discotecas te pueden empujar hasta acabar contigo y no tener la mínima deferencia para pedirte perdón por su comportamiento

En lo pasivo porque tampoco se inmutan cuando resultan perjudicados. Les da igual que el metro sufra un retraso de 20 minutos y que ello trastoque sus planes. Esperan pacientemente y no montan en cólera (algo que sí sucedería en España, donde señoras que sobrepasan los cincuenta reñirían al conductor). Lo mismo pasa cuando la guía de una visita turísitica está explicando algo en plena calle y un hombre se pone a pedir tocando el violoncello. El músico seguirá a lo suyo y la guía también. Y si la música interfiere en las explicaciones, o las explicaciones en la música, da igual. ¿Padecen una cierta carencia emotiva?¿Tiene ello cierta base física? Ni idea.


De esta manera, sufrí su filosofía en el concierto. Ví a los teloneros desde una posición cómoda y cercana al escenario. Una tercera fila o algo así. Todo hasta que The XX empezó a tocar, entonces varios armarios me fueron apartando de mi sitio privilegiado. No se inmutaron por ello. Y el calvo gafapasta que se me colocó delante, contribuyó a darle el toque modelno a la noche. Aunque de no haber sido él, todos los que estaban a mi alrededor podrían haberle sustituído perfectamente en tal función. El grupo estuvo a la altura de las circunstancias y se colgó el cartel de no hay billetes (también lo habían logrado en Hamburgo, anterior parada). Lo más conocido, Crystalised, fue de lo primero en sonar. Pero los 50 minutos que estuvieron sobre el escenario parecieron escasos. En cualquier caso, Colonia debe ser de las pocas ciudades por donde Vestusta Morla y Russian Red todavía no han pasado. Eso la hace mucho más interesante aún.

Fotos: Las he hecho en el concierto. Las gafas de pasta de la segunda pertenecen al mencionado calvo modelno con camisa de H&M. How cool.

domingo, 11 de octubre de 2009

El Putzplan


El fin justifica los medios - Máxima jesuita.

El día uno de octubre, hasta hace poco día del Caudillo, la vida en mi piso alemán gestionado por la Universidad de Colonia cambió completamente. Hasta entonces convivía bajo el mismo techo con un ruso, una húngara y un chino. Ninguno de ellos pasaba demasiado tiempo por la casa, por lo que prácticamente (con la excepción de una fiesta), no hicimos demasiada vida común. Las tareas comunes se regían por la teoría de la mano invisible, es decir, quien manchaba recogía. El resultado era el de cualquier piso de estudiantes que se precie. Ni más limpio, ni más sucio.

El día uno de octubre la húngara y el chino dejaron la casa al acabárseles el contrato. En su sustitución entraron una francesa y una alemana de 18 años que ya se conocían de antemano. Todo cambió. Pasamos de la mano invisible a la planificación de las tareas comunes. Ellas tomaron el poder y se instaló una especie de dictadura / régimen autoritario con vocación de permanencia, a juzgar por sus comentarios. Su ideología se resume fácilmente; todo tiene que relucir como si fuese nuevo. Así, Don Limpio fue equiparado al Gran Hermano orwelliano, un líder capaz de infundir confianza a la par que miedo.

Lo primero que buscan todas las dictaduras es intentar legitimar su poder. Su comienzo no fue una excepción. Basándose en que se conocían previamente y que se iban a quedar aquí dos años, empezó su particular revolución de la limpieza. En ella, palabras como pirólisis forman parte del vocabulario cotidiano o productos químicos comercializados con frases como "elegido por los consumidores alemanes como producto del año 2009" (hay miles así), están omnipresentes. Desde que ellas llegaron, en Cillit Bang se frotan las manos.

Nada más asumido el poder, todo régimen autoritario suele dictar una Norma Fundamental que ordene el funcionamiento de la sociedad. Y ellas lo hicieron. Redactaron un putzplan (plan de limpieza) con el que nos regiríamos desde ese momento. Obviamente, como en toda dictadura que se precie, esa norma peca de arbitraria y destaca por no contar con la aprobación de aquellas personas a las que se les va a someter. Se pretende con ello conseguir un fin último; en su caso, la limpieza. Esa Constitución que rige el funcionamiento de la Hahnenstraße 19, prevé cualquier intervención para lograrlo. Y si se tiene que pasar la aspiradora a horas tan inconvenientes como las 00:15 de un viernes, cuando la Humanidad está de fiesta o descansando, se pasa. C´est la vie.




Los regímenes autoritarios se inspiran en elementos nacionalistas para su política, considerando que el espacio físico del que disponen es escaso. Se encuentran disconformes con él y quieren más. Por eso invaden o, al menos, anhelan otros. Polonia puede dar buena fe de ello. Ellas también quieren su propio Lebensraum, que en este caso consiste en el cuarto de baño. Fue colonizado por sus champús, le cambiaron la taza al váter y, en la repisa del lavabo, colocaron flores (sí, han leído bien). Y, una vez okupado, el siguiente paso es echar a todo aquel se encuentre allí, pese a que llegó antes o le pilla más cerca. Se le sugiere abiertamente que se vaya al otro. Luego llegan los guetos, pero ahí aún no hemos llegado. Quizás para noviembre...

Los regímenes autoritarios necestian un enemigo. Alguien a quien echarle la culpa de todos los males o de parte de ellos. Cuba tiene a EE.UU, la Hespaña de Franco tenía a los comunistas y judeomasones y ellas al otro inquilino, al ruso. Definitivamente, Rusia nunca jugó el papel de bueno en la historia mundial. Aquí se le acusa del más grave delito; manchar. Y, como en el mundo orwelliano de 1984, cada día hay dos minutos de odio, en el que se dirigen toda clase de infamias contra el enemigo. Dejándole de lado, yo soy observado con cierta suspicacia aunque mantienen conmigo una buena relación e intentan que participe en su putzplan ofreciéndome helado de vainilla regado con crema de arándanos. La limpieza justifica los medios.

Nota Marginal de esas: No me molesta excesivamente que organicen fiestas en las que sólo se habla francés, tampoco que escuchen a David Guetta, ni que vayan a traer en los próximos días un conejito. Pero lo que no puedo soportar es que uno de sus amigos, que se tira todo el día en el salón, sea igual que Jean Paul Sartre. Me cago en el existencialismo.

jueves, 8 de octubre de 2009

Me parece que no se ha entendido lo que es DEMOKRAZIA DIREKTA (TM). Ejemplos en el interior.

El resultado de la encuesta que propuse ha sido el siguiente: de 10 personas que han votado, 3 estaban de acuerdo en que Cerveza Amarga es el mejor blog de la historia. Sin embargo, 7 se han atrevido a sugerir que no, que eso no es así. El pueblo soberano ha decidido. Siiin embaaaargo, el pueblo soberano todavía no está maduro. Vosotros, malditas almas descarriadas, no habéis comprendido todo lo que os estábais jugando. Así que, POR VOSOTROS, porque sabemos que es lo mejor, no podemos aceptar el resultado de la encuesta. Así pues, Cerveza Amarga sigue abierto.

Hace unos años, quizá lo recuerden los lectores más maduritos, hubo una época de éxtasis y contínuo coñazo con la Constitución Europea, que definía esa cosa abstracta que llaman Europa pero que todavía nadie sabe con seguridad qué es. Para ello, muchos países (no digo todos porque no estoy seguro) convocaron referéndums de ratificación. Así pues, la España borrega votó sí (me apuesto que ni un 1% sabía de qué iba el rollo, y nunca mejor dicho), pero Holanda votó NO, Francia votó NO (ah, siempre Francia) y esa cosa abstracta que llaman Europa y todavía nadie sabe con seguridad qué es se vino abajo. Pero claro, la cosa no podía quedarse así. Entonces se sacaron de la manga el Tratado de Lisboa, que viene a ser lo mismo pero con algunos retoques (que realmente desconozco y me importan un auténtico rábano). Claro que esta vez, ya bien aprendiditos, no cometieron el terrible e ingenuo error de preguntar al pueblo (¿qué loco sugirió aquello?), sino que los parlamentos y senados y asamableas y, en resumen, los poderes legislativos, fueron aprobándolo como niños obedientes. Niños europeos obedientes.

Creo que por ahí todavía tengo un ejemplar virgen (sin abrir) de este rollo.

Irlanda, sin embargo, ya en los tiempos de la Constitución Europea, tenía el problema de que varios puntos de ésta entraban en colisión con otros de la suya propia. Así que pasó el tiempo y tras los NOes de Holanda y Francia nunca llegaron a votar para aquella consti. Una vez comenzado el coñazo del Tratado de Lisboa, Irlanda, a diferencia de los demás y por esos problemillas con su consti, cometió el terrible e ingenuo error de preguntar al pueblo. Convocaron un referéndum para modificar su constitución y ratificar el Tratado. Pero, oh, Irlanda rebelde, Irlanda subversiva, votó NO.

Evidentemente, ya sé que lo imagináis, eso no podía quedar así. Otra vez esa cosa abstracta que llaman Europa pero que todavía nadie sabe con seguridad qué es se venía abajo. Pero entonces llegó la DEMOKRAZIA DIREKTA a salvar el asunto. No pasa nada. El pueblo soberano todavía no está maduro, no ha compredido todo lo que se estaba jugando. ¿La solución? Montamos otro referéndum a ver si, esta vez sí, el pueblo acierta. DEMOKRATIKAMENTE, claro. Esta consulta se celebró el pasado 2 de Octubre, y, oh (uh), Irlanda borrega, Irlanda alienada, votó SÍ.

Brian Cowen, primer ministro de Irlanda: "Estos rojos, que llegaron a pensar que se iban a salir con la suya...gnarf, gnarf"

En resumen, la DEMOKRAZIA DIREKTA (TM), consiste, básicamente, en que el pueblo elija. Eso sí, con alguna ayudita (y tantas veces como lo necesite) para que lo haga bien.

Siguiendo estos principios, por tanto, Cerveza Amarga convoca una encuesta 2.0, para saber si es el mejor blog del mundo. Como véis, se puede volver a votar. Ya no hay amenazas: nos importa una puta mierda lo que votéis, porque si sale que NO crearemos una nueva encuesta hasta que salga que sí. Es fácil, ¡gracias a la DEMOKRAZIA DIREKTA (TM)!

¡BIBA!

Nota marginal de esas: Cerveza Amarga también quiere felicitar a todos los madrileños y españoles en general por no tener que soportar los Juegos Olímpicos en 2016. Asimismo, damos el más sincero pésame a todos aquellos aprovechados, jetas y vividores que iban a dar (aún más) pelotazos con el sueño urbanístico. Perdón, olímpico. De la que nos hemos librado.

domingo, 4 de octubre de 2009

Cerveza Amarga cree en la DEMOKRAZIA DIREKTA (TM)

He creado una encuesta. Se puede ver en la columna de la derecha. La pregunta, como podéis comprobar, es sencilla: ¿Es Cerveza Amarga el mejor blog de la historia? Hay dos posibles respuestas, SÍ o NO. El pueblo soberano ha de elegir. Vosotros, oh, queridos lectores que todavía no nos habéis obsequiado con un pata negra.

Sí, he buscado "votar" en imágenes de Guguel

Aquí, a cara descubierta (aunque suene irónico decirlo con la portada de un vinilo delante), voy a realizar un firme compromiso. Como soy el coautor con más ego, creo realmente que SÍ, Cerveza Amarga es el mejor blog de la historia, y confío en que nuestros inteligentes visitantes sabrán apreciar lo mismo y votarán la opción correcta. Por el bien de todos. En ese caso, este blog seguirá activo ad eternum. Si embargo, si hubiera un sólo voto de la opción NO (un único, miserable y triste voto), Cerveza Amarga cerraría sus puertas a cal y canto y con varias capas de tablas y clavos, como en la pelis. Los que me conocen saben que soy un ¿hombre? de palabra. Juro que cerramos el chiringuito.

En la próxima entrada analizaré el resultado y tomaré las decisiones que sean convenientes.

NUESTRO FUTURO ESTÁ VUESTRAS MANOS.

lunes, 28 de septiembre de 2009

La civilización


Alemania es un país bastante civilizado. Detalles como la amplia variedad de yogures que hay en los supermercados lo muestran. Los tradicionales sabores de fresa, plátano o macedonia han quedado atrás y el bífidus, a diferencia de Hespaña, ya no es considerado como algo novedoso a la par que revolucionario. Las estanterías están repletas de muchísimos productos lácteos que combinan cosas tan vanguardistas como tarta de queso con mandarina (progresa adecuadamente) o chocolate con pequeños trocitos de avellana (necesita mejorar). De igual manera, los packs de cuatro escasean, siendo más usuales los recipientes de medio litro, opción bastante razonable para el bolsillo. En definitiva, José Coronado ha sido superado.

La madurez de Alemania se ve también en pequeños detalles como el contínuo uso que sus habitantes hacen de medios de transporte público y bicicletas. En Valladolid se ha optado por algo tan pragmático como matar al ciclista. Aquí se ha preferido lo contrario, siendo el respeto al ciclista algo ejemplar. Los carriles son contínuos, hay aparcamientos en todos los sitios y se permite llevar la bici en el metro.


No sólo en los yogures y en las bicicletas se muestra la civilización alemana. También en lo político. En primer lugar, porque existen más de dos partidos fuertes (Volksparteien). A diferencia de Hespaña, votar a los verdes es algo útil. Obtienen un 10,7% de sufragios y han conseguido aumentar su representación en el parlamento. Sus electores son mayoritariamente universitarios y, si uno pasa cerca de cualquier acto electoral suyo, le llamará la atención que quienes acuden no son personas de la tercera edad a las que han subido a un autobús.

Por otra parte, personajes como Berlusconi o Chávez brillan por su ausencia. La clase política alemana es seria hasta llegar a lo aburrido, y no caen fácilmente en el populismo. Tampoco tienden a confundir lo público con lo privado paseando a sus cónyuges por todos los actos (French style), no en vano al marido de Angela Merkel se le conoce como el fantasma de la ópera ya que sus pocas apariciones públicas son para acudir a esos actos musicales (humor alemán. Sí, lo hay).

En las últimas elecciones todos los partidos proponían algo llamativo o novedoso. Die Linke (la Izquierda) defendía sacar las tropas desplegadas en Afganistán, los verdes crear empleos y acabar con la energía nuclear, los cristiano demócratas y liberales mantener esa fuente de energía y bajar los impuestos. ¿Todos proponían algo llamativo o novedoso? No. Los socialdemócratas no se sabía muy bien lo que querían, cambiaron de líder cada poco tiempo (cada uno con menos carisma que el anterior) e hicieron fichajes electorales de dudoso provecho como la Supernanny, una psicóloga famosa por aparecer en televisión ayudando a familias con hijos conflictivos. Viendo los resultados que han obtenido, parece claro deducir que los alemanes se han aburrido de ellos. Quizás el castigo que han obtenido, en forma de derrota amarga, también sea un signo más de civilización.

Fotos: La primera es del campus de la Universidad de Colonia. La hice tras comer un día en la Mensa. Está rodeada de espacios verdes.

El personaje de la segunda es Karl-Theodor Maria Nikolaus Johann Jacob Philipp Franz Joseph Sylvester Freiherr von und zu Guttenberg (cuando le llaman a cenar abrevian diciéndole: Karl-Theodor zu Guttemberg). Es el ministro de Economía alemán y pertenece a la CDU (Cristiano demócrata). En la foto aparece en un acto electoral de su partido, haciendo de DJ. Foto extraída de la edición impresa de EL PAÍS.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Societies Day o el proselitismo universitario

Hoy ha sido el día de las sociedades o asociaciones de la universidad. Sí, existen los clubs de ajedrez, ciencias y astronomía que salen en las pelis americanas. Y mil millones más: sociedades de química, de periodismo, de videojuegos y tecnología, de moda (OMFG), farmacia, teatro, fotografía, Amnistía Internacional, juegos de rol, DJ's, San Vicente de Paúl (OMFG 2.0), el Sinn Féin y un largo etcétera. Total, que hoy se han reunido en una sala muy grande, han montado sus puestos (aunque decir stands queda más elegante) y se han dedicado a la caza del personal. Como los gitanos en el mercadillo o el Opus en el PP. Bueno, no, estos últimos ya traen la inscripción debajo del brazo.

El proceso es el siguiente: te paseas por los puestos (perdón, stands), departes brevemente con los representantes de las asociaciones sobre su filosofía, sus planes de futuro y, si te convencen, firmas para que te envíen información sobre charlas, proyecciones, etc. Finalmente, Y ES UN PASO ESENCIAL, tienes que coger un buen puñado de las chucherías que tienen en las mesas, largarte y olvidarte de todo lo que te han contado. Por conseguir una cocacola de gominola de esas gigantes hasta he atendido un rato a la chica de Students for life, que es como a los antiabortistas les gusta autodenominarse, supongo que para mitigar un poco la vergüenza que tiene que dar militar ahí (igual que la derecha española, que ya no es tal cosa, sino liberal o libeggal).

Pues resulta que me he apuntado a unas cuantas. No tengo personalidad ni fuerza de voluntad y mi capacidad de atención disminuye cuando me hablan en inglés a doscientos por hora, así que no he sido el hueso duro de roer al que están acostumbrados. Yes, yes, okei, okei. He firmado en la de Filosofía (aunque, por alguna razón que se me escapa, sus debates son sobre la legalización del cannabis y no sobre el existencialismo francés), la de Capriccio Music Society (nombre hortera y pretencioso, por cierto) y probablemente lo haga en la de la radio del campus y la de música en directo. Pero las dos más remarcables son, sin duda, las siguientes.

"Reality is great", rezaba (irónico verbo, viendo lo que llega) la camiseta de esa chica tan mona. Me he acercado porque me ha gustado (la camiseta, claro). Se trataba de la Sociedad de Ateos de la universidad (¿se pilla ahora lo del verbo irónico?), y me ha explicado (la chica, esta vez) que el 30 de Septiembre van a reunirse para ver La vida de Brian y que podemos llevar nuestras piedras para la lapidación, pero no me ha aclarado si puedo llevar barba postiza o si vamos a preguntarnos qué han hecho los romanos por nosotros. Además, se celebrará el Día Internacional de la Blasfemia, que consiste en reunirse, defender la libertad de expresión (sic) y gritar a los cuatro vientos cualquier cosa que ofenda a cualquier religión. Menuda chorrada, cagüen dios. Pero me he apuntado.

Lo realmente interesante serán las "complementary beverages", supongo.

Los dos siguientes protagonistas estaban rodeados de un mar de gente, pero nadie se dirigía a ellos. Hasta que he llegado yo. "Vamos a tocar los cojones a estos pobrecitos de las Juventudes Socialistas", he pensado. Les he dicho que el Partido Socialista de España se autoafirmaba de izquierdas pero que todo era pura fachada y que si ellos eran así de acomplejados que no contaran con mi firma de ninguna manera. Por suerte, me han dado un par de panfletos repletos de palabras y expresiones que a muchos les parecerán caducas, pero que yo, sin embargo, adoro (prefiero considerarlas vintage), como capitalism, workers' rights, super-rich elite, system, profit, privatisation, market system, nationalise, fight, etc. Además, me han explicado que el PSOE sería como el Labour Party de Irlanda, según ellos un auténtico FAKE, la cocacola light de la izquierda. Evidentemente, con tanto marxismo me he venido arriba (como no lo había hecho desde 1979, trágica fecha) y mi sangre se ha vuelto más roja. He entonado la internacional puño en alto, he cogido un boli y les he echado una firma (solidaridad entre camaradas, supongo). Así ha sido como me he insicrito en las Juventudes Socialistas de la University College Cork, y así será como se lo contaré a mis nietos.

Capitalism has failed. Lo pone, es guay.

martes, 22 de septiembre de 2009

First impressions of earth


La venganza es un plato que se sirve frío - Proverbio aplicado por Aire Ryan.

Las limitaciones de peso que impone Aire Ryan hicieron que la tarde del domingo fuese terrible. Al día siguiente me marchaba a Düsseldorf, ciudad cercana a Colonia y unida a Valladolid por esa aerolínea de bajo coste. Todo tenía que estar perfectamente preparado para que, lo que iba a facturar, no excediese de los 15kg. Con gran esmero, cariño y dedicación seleccioné la ropa que me llevaría y descarté otra mucha. Sabía que el equipaje de mano no suele ser controlado, por eso metí todo lo que pude. Sin problemas, al llegar al aeropuerto conseguí que no me cobrasen ni un euro por pasarme de lo permitido.

Aire Ryan no es una aerolínea ingenua. Puede que hagan la vista gorda en algunos aspectos como el equipaje de mano, pero eso no significa que no te intenten sacar dinero por otro lado. Prueban a encarecer el billete con ofertas estúpidas como entrar en el avión un poco antes que los demás y, en pleno vuelo, te bombardean con productos suyos: rifas, cigarrillos que no necesitan encenderse para que los adictos a la nicotina estén satisfechos, perfumes, bebidas, etc. Todo para sacarte dinero.

¿No caí en ningua de sus trampas?¿Todo iba a salir a la perfección? Pues no. Cuando me quedaba media hora para embarcar descubrí que Aire Ryan siempre se guarda un as debajo de la manga; no iba a volar al aeropuerto donde yo pensaba. El destino es Düsseldorf, sí, pero no se trata del aeropuerto principal de esa ciudad, sino un aeródromo militar a 100 km de donde creía y con conexiones tanto con Colonia como con el resto de ciudades bastante malas (a diferencia del principal), lo cual provocó que hiciese hasta tres transbordos entre trenes y autobuses. Transbordos que, al menos, sirvieron para conocer a tres españolas que iban a Bonn y a otro erasmus que, al igual que yo, se dirigía a Colonia. También para compartir con ellos billetes y hacer que los viajes nos salieran más baratos. Y así comenzó ayer mi Erasmus, aterrizando en un lugar distinto del esperado.

Foto: La he hecho esta mañana al ir a comprar sábanas, edredones, colchas y cosas del estilo. Es una casa de las muchas, y distintas, que forman parte de la zona residencial para estudiantes donde vivo.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Secretos del corazón



Usted puede tener varios sueños que, de confesarlos, no gozarían de una gran comprensión social. De esta manera, puede que quiera que su odiado y ruidoso vecino de enfrente desaparezca de la faz de la tierra, que su jefe se marche de vacaciones para no volver o, incluso, que el equipo favorito de fútbol de su compañero de trabajo pierda sus partidos por enormes goleadas para ver su cara de amargado cada lunes. Muchos de estos deseos ocultos tienen como característica el estar aún por realizar.

No creo que perjudique de forma muy grande a mi compañero de blog si revelo que, uno de sus sueños no cumplidos, es prenderle fuego a Valladolid. Dejar que se consuma entre las llamas. Quizás usted, vallisoletano malherido, piense que la pretensión de David es propia de un enfermo gilipollas. Sin embargo, sería deseable que usted pasease por calles de la ciudad como López Gómez, con aceras estrechas, repleta de tráfico a todas horas, ultracontaminada y, además, con unas antenas de telefonía móvil con un lamentable pasado. Sería también oportuno que intentase andar en bicicleta por las distinas vías del lugar. Comprobaría así cómo los conductores de coches te pitan o cómo la Policía municipal te señala que, en zonas peatonales, tienes que apearte. No estaría tampoco de más que escuchase hablar al alcalde, conocería así lo que de verdad significa la prepotencia. Más aún, también sería correcto que intentase disfrutar de la agenda cultural del lugar. Vería a grupos como Pimpinela, Carlos Baute o Pignoise en concierto. Vería también cómo las administraciones públicas dejan escapar festivales de gran interés y apoyo popular como el Tanned Tin provocando que, colectivos como Laika, organizadores de una gran multitud de eventos musicales, manifiesten, tal y como hoy mismo han hecho, que "analizarán su futuro".

El martes David y yo nos despedimos antes de irnos cada uno a nuestro respectivo destino de Erasmus. Estuvimos, entre otros sitios, bebiendo cerveza en el Penicilino. Es uno de los bares más bonitos y antiguos de Valladolid. Tiene el suelo de madera, está situado cerca de la catedral y no es extraño encontrar a gente tocando la guitarra, jugando al ajedrez o, simplemente, hablando.El primer domingo de cada mes hay una tertulia filosófica a la que cualquiera puede acudir, Se puede beber vino dulce con unas pastas típicas por precio relativamente módico y, aunque ha cambiado de dueños, sigue conservando bastante su encanto. Además, si uno mira a los alrededores, verá aparcadas muchas bicicletas, más que en otros lugares, lo cual es símbolo de que aún queda cierta civilización por aquí. El Penicilino es una de las pocas razones por las que la pretensión de David de quemar la ciudad no merece ser realizada aún. Es el típico sitio que descubres lo agradable que es justo cuando te quedan muy pocos días para irte a Alemania todo un año de Erasmus.

Nota Marginal: Puede que la próxima actualización mía sea desde Alemania. En cualquier caso, quedan ustedes en manos de David, que supuestamente está en Irlanda. Digo supuestamente porque este blog le ubica, o bien en España, o bien en México. Ya saben, el blogging es asín.

Foto: La foto es mía. Terraza del bar en una noche de agosto.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Irlanda: primeras impresiones

Llevo casi un día completo en Irlanda y con mi gran ojo crítico he captado lo más relevante. Noticia buena: no he visto ni un solo tomo de Stieg Larsson adornando con negro las axilas de los viandantes. Noticia mala: he visto MILES de ejemplares sobaqueros de The lost key, el nuevo revientapistas de Dan Brown.

Esto será duro.

Esta chica no es irlandesa.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Inicios 2.0

Hola, soy David. Tal vez me recuerden de entradas como La Banda del Club de Corazones Solitarios del Sargento Pepper, Os queremos ser sinceros o El blog es tan joven y ya hay que hablar de un regreso. Hoy vengo a relatar con amargura como han sido los últimos meses de mi vida y con ilusión cómo serán los próximos.

"¿Es que no piensas hacerte cargo de nuestro hijo?" ha sido la frase que más veces he oído o leído o incluso sentido vía telepatía. Era Vázquez, que se erigió PADRE y además RESPONSABLE, y día y noche me atosigaba (casi podríamos llamarlo spammer) intentando que yo me sintiera culpable. Pero, ¿por qué me he ausentado tanto? Aparte de por la razón de siempre, ausencia de acceso a internet, por diferencia de criterios educativos con el mencionado Vázquez. Los proyectos que teníamos para nuestro retoño eran distintos. Mientras que él, ansioso de gloria, queria lanzarlo a la fama cuanto antes y sacar la mayor tajada posible, tanta que hasta los padres de Macaulay Culkin se sentirían abochornados, yo sólo buscaba la reflexión, la no-prisa y el camino recto del orden y la ley para su futuro (y el de toda la nación). Creo sinceramente que ahora ha llegado el momento de intervenir de nuevo en su educación. Vale, le hemos dado a Vázquez sus meses de gloria, con sus entradas pseudo-literarias, con sus entradas pretenciosas, con sus entradas de conciertos. Ahora llega LO BUENO.


Hablemos del mañana. Como se ha adelantado en alguna de esas "Notas marginales", los dos nos vamos de Erasmus a destinos diferentes. Yo a Cork (Irlanda) y Vázquez a Colonia (Alemania). Ya hago yo los primeros chistes: vaya corki es uno y qué bien va a oler el otro. ¿Por dónde pasa el futuro de Cerveza Amarga? Evidentemente, el tema Erasmus copará nuestra atención, con jugosas comparativas entre culturas, cervezas y cantidad de ropa que llevan las chicas de nuestros respectivos países.

Permaneced atentos a vuestro navegador habitual (excepto si es Internet Explorer), ¡porque comienza la nueva temporada! Guau, qué somos tan geniales...

jueves, 3 de septiembre de 2009

Suite francesa



Irène Némirovsky ya gozaba de bastante prestigio cuando comenzó a escribir su novela Suite francesa. Era el año 1941 y, obras suyas como David Golder o El Baile, habían recibido críticas favorables. No obstante, no todo eran facilidades. Su origen judío-ruso en un país como Francia, invadido entonces por los nazis, se convirtió en la raíz de sus problemas. Ella, su marido y sus hijas tuvieron que llevar una estella amarilla que indicaba su pertenencia.

Némirovsky pensaba que las cosas iban a tornar a peor, ya que las deportaciones de judíos a campos de concentración se iban haciendo más frecuentes. Tal y como se temía, un año después de comenzar a escribir la Suite francesa, en julio de 1942, fue enviada a Auschwitz. Los esfuerzos de su marido por liberarla fueron contínuos. Todos en balde. Ella moriría en octubre de ese mismo año. Él no corrió mejor suerte, siendo primero arrestado y, posteriormente, ejecutado también en Auschwitz.

A diferencia de sus progenitores, las hijas tuvieron algo más de fortuna. Cuando su padre fue detenido, ellas consiguieron escapar ocultándose con la ayuda de la maestra, quien les facilitó las cosas descosiendo las estrellas amarillas que indicaban su origen judío, así como ayudándolas a cruzar buena parte del país de forma clandestina. Se escondieron en sótanos de Burdeos. Al acabar la guerra, su abuela les denegó cualquier tipo de ayuda.

En su huída por toda Francia las niñas llevaron siempre consigo una maleta con pertenencias de la familia. Diversos textos, fotos, documentos. Entre todo ello, había un cuaderno marrón, escrito en letra muy pequeña, que las hijas tomaron en un principio como notas personales de su madre y se negaron a leer.



Con el paso de los años (casi sesenta años después), decidieron donar la maleta al Institut Mémoire de l´Edition Contemporaine. Antes de hacerlo, una de las hijas, Élisabeth Gille, mecanografió el cuaderno con la ayuda de una lupa. En contra de lo que inicialmente pensaron, no se trataba de simples legajos, sino que era una novela escrita por su madre y que nunca había podido llegar a terminar ni publicar. Tenía el título de Suite francesa. Había permanecido casi seis décadas encerrada en un maletín inédita, confundida con papeles de familia.

La Suite francesa es una novela que, inicialmente, iba a estar dividida en cinco partes. La deportación de su autora, Irène Némirovsky, a Auschwitz hizo que sólo pudiese acabar las dos primeras. En ellas se trata la huída de París por varias familias (principalmente burguesas) ante la inminente llegada de los nazis, así como la vida en un pueblo francés una vez que los alemanes han invadido el país. Las vidas de los personajes que aparecen se van entremezclando a medida que avanza la historia. En cualquier caso, no es una novela de guerra, ni tampoco enfocada hacia grandes hechos históricos. Se centra en lo cotidiano y refleja de forma bastante correcta la mezquindad, miseria y tensión del momento.

O bien por la calidad de la escritura, o por todos los avatares que ha sufrido el texto, merece la pena ser leída. Acuda a su librero de guardia y compre esta novela. Lo agradecerán.

Nota Marginal: Ha acabado agosto. A partir de ahora, y con nuestros Erasmus respectivos, retomaremos el ritmo habitual de entradas. ¿Se imaginan que ese fulano que aparece como "Colaborador libre asociado", con el nombre de Deiviz, publicase algo por aquí? Eso es más de lo que soñaríais en mil vidas.