martes, 22 de septiembre de 2009

First impressions of earth


La venganza es un plato que se sirve frío - Proverbio aplicado por Aire Ryan.

Las limitaciones de peso que impone Aire Ryan hicieron que la tarde del domingo fuese terrible. Al día siguiente me marchaba a Düsseldorf, ciudad cercana a Colonia y unida a Valladolid por esa aerolínea de bajo coste. Todo tenía que estar perfectamente preparado para que, lo que iba a facturar, no excediese de los 15kg. Con gran esmero, cariño y dedicación seleccioné la ropa que me llevaría y descarté otra mucha. Sabía que el equipaje de mano no suele ser controlado, por eso metí todo lo que pude. Sin problemas, al llegar al aeropuerto conseguí que no me cobrasen ni un euro por pasarme de lo permitido.

Aire Ryan no es una aerolínea ingenua. Puede que hagan la vista gorda en algunos aspectos como el equipaje de mano, pero eso no significa que no te intenten sacar dinero por otro lado. Prueban a encarecer el billete con ofertas estúpidas como entrar en el avión un poco antes que los demás y, en pleno vuelo, te bombardean con productos suyos: rifas, cigarrillos que no necesitan encenderse para que los adictos a la nicotina estén satisfechos, perfumes, bebidas, etc. Todo para sacarte dinero.

¿No caí en ningua de sus trampas?¿Todo iba a salir a la perfección? Pues no. Cuando me quedaba media hora para embarcar descubrí que Aire Ryan siempre se guarda un as debajo de la manga; no iba a volar al aeropuerto donde yo pensaba. El destino es Düsseldorf, sí, pero no se trata del aeropuerto principal de esa ciudad, sino un aeródromo militar a 100 km de donde creía y con conexiones tanto con Colonia como con el resto de ciudades bastante malas (a diferencia del principal), lo cual provocó que hiciese hasta tres transbordos entre trenes y autobuses. Transbordos que, al menos, sirvieron para conocer a tres españolas que iban a Bonn y a otro erasmus que, al igual que yo, se dirigía a Colonia. También para compartir con ellos billetes y hacer que los viajes nos salieran más baratos. Y así comenzó ayer mi Erasmus, aterrizando en un lugar distinto del esperado.

Foto: La he hecho esta mañana al ir a comprar sábanas, edredones, colchas y cosas del estilo. Es una casa de las muchas, y distintas, que forman parte de la zona residencial para estudiantes donde vivo.

2 comentarios:

Ainhoa Rebolledo dijo...

las cosas de esta vida siempre salen bien.

Caco dijo...

qué bohemio parece todo
qué envidia me da