viernes, 16 de octubre de 2009

Yo no me inmuto


Colonia tiene una vida cultural de bastante nivel. Aquí se encuentra un conservatorio que atrae a mucha gente. Además, la oferta de eventos es suficientemente amplia. Grupos de gran importancia que presentan álbum hacen escala aquí, y otros más pequeños también la tienen en consideración. Tras babear al ver lo que musicalmente se avecinaba, decidí comprar una entrada para The XX, a los que había escuchado por encima. El precio no era desorbitado, más aún si tenemos en cuenta que la crítica ha recibido su primer y, hasta el momento, único álbum con calificativos como "uno de los discos de la década". Otras publicaciones como el Ep3 (en mi casa cumple una función bastante útil; absorbente cada vez que cae agua al suelo. No hay por donde cogerlo si no es para eso) le han otorgado 4 estrellas y media sobre cinco. En cualquier caso, ir a ver cómo sonaban permitía huir por unas pocas horas de la terrible vida alcohólica del erasmus.

De esta ciudad, en comparación con Valladolid, llama la atención la numerosa cantidad de salas privadas que traen a grupos y organizan conciertos. El Luxor, sitio donde se celebró éste, es uno de ellos, y la acústica es muy digna. Antes de que The XX saliese al escenario actuaron unos teloneros: Holly Miranda. Desprendían un cierto tufillo Russian Red. Una vez que uno se convencía de que ni Cigarettes ni la de Hagend Dagsz iban a aparecer por el repertorio, acababan siendo buenos. Eran tan folkies como ingenuos, pero me gustaron. Quizás porque tenían un leve toque eléctrico al que ni Lourdes, ni Annie B. Sweet han llegado aún.

El público en los conciertos resume la impresión que uno se lleva de los alemanes cuando lleva aquí casi un mes. Pueden ser civilizados, votar a los verdes, comer yogures, salchichas y beber cerveza amarga, sí. Sin embargo, no son nada freundlich. Se dice que llegar a ser amigo de un alemán cuesta seis meses y mucha paciencia. Sea verdad o no, lo cierto es que se guían por la filosofía de: YO no me inmuto. En su vertiente activa y pasiva. En lo activo porque en las discotecas te pueden empujar hasta acabar contigo y no tener la mínima deferencia para pedirte perdón por su comportamiento

En lo pasivo porque tampoco se inmutan cuando resultan perjudicados. Les da igual que el metro sufra un retraso de 20 minutos y que ello trastoque sus planes. Esperan pacientemente y no montan en cólera (algo que sí sucedería en España, donde señoras que sobrepasan los cincuenta reñirían al conductor). Lo mismo pasa cuando la guía de una visita turísitica está explicando algo en plena calle y un hombre se pone a pedir tocando el violoncello. El músico seguirá a lo suyo y la guía también. Y si la música interfiere en las explicaciones, o las explicaciones en la música, da igual. ¿Padecen una cierta carencia emotiva?¿Tiene ello cierta base física? Ni idea.


De esta manera, sufrí su filosofía en el concierto. Ví a los teloneros desde una posición cómoda y cercana al escenario. Una tercera fila o algo así. Todo hasta que The XX empezó a tocar, entonces varios armarios me fueron apartando de mi sitio privilegiado. No se inmutaron por ello. Y el calvo gafapasta que se me colocó delante, contribuyó a darle el toque modelno a la noche. Aunque de no haber sido él, todos los que estaban a mi alrededor podrían haberle sustituído perfectamente en tal función. El grupo estuvo a la altura de las circunstancias y se colgó el cartel de no hay billetes (también lo habían logrado en Hamburgo, anterior parada). Lo más conocido, Crystalised, fue de lo primero en sonar. Pero los 50 minutos que estuvieron sobre el escenario parecieron escasos. En cualquier caso, Colonia debe ser de las pocas ciudades por donde Vestusta Morla y Russian Red todavía no han pasado. Eso la hace mucho más interesante aún.

Fotos: Las he hecho en el concierto. Las gafas de pasta de la segunda pertenecen al mencionado calvo modelno con camisa de H&M. How cool.

5 comentarios:

Caco dijo...

A mí me da igual cuánto tarda uno en hacerse amigo de un alemán. Lo que me interesa es cuánto se tarda en tirarse a una alemana.

Vázquez dijo...

Si está usted muy interesado, mi compañero de blog y yo conocemos uno en el que se narra de forma bastante explícita cosas así. Y revienta a visitas ¡Viva el sensacionalismo!

Pajares dijo...

Tony, tony, tony. Cuanto te queda por aprender. Pan et circenses y a correr, muy buenas, leñe - máxima periodistica.

Caco dijo...

Sí, estoy muy interesado.

Anónimo dijo...

Tras estar viviendo un mes con una boche doy fe de que el autor tiene toda la razón. Qué ganas tengo de empaquetar su firme culo a Erfürt de una puta vez...