lunes, 3 de mayo de 2010
Historias de Renania. Capítulo uno: Las moscas y la prensa.
Un millón de moscas no puede equivocarse: ¡coma mierda! - Pintada anarquista en alguna parada del metro de Madrid durante la Transición.
Empecemos en un país donde el clientelismo está completamente desarrollado en la vida pública: quien tiene un contacto, tiene una solución. En caso de no conocer a la persona debida, tienes que desembolsar en algunos casos un importe extra. Por ejemplo, al sacarte el carné de conducir en las grandes ciudades. No es extraño pagar un extra al examinador para aprobar. Contemos también con que ese país ha manipulado las estadísticas oficiales y el déficit ha alcanzado grados extremos. No hay que olvidar tampoco, el toque dinástico de la política ni los privilegios de ciertos sectores como la Iglesia, que hasta este año no pagaban impuestos. A grandes rasgos, tenemos así una imagen de lo que ha sido y es Grecia.
Ahora cambiemos de Estado y vayamos al que se denomina la locomotora de Europa. ¿Qué es eso de Europa? También a grandes rasgos, podemos decir que esa organización en la que todos se ponen de acuerdo y Alemania paga. Los fondos de cohesión que recibe España, la PAC de la que se beneficia Francia, o el cheque británico salen mayoritariamente del bolsillo germánico. Cuando pagas todo, por mucho poder e influencia que recibas a cambio, te acabas cansando.
Llegados a este punto tenemos un estado deficitario, europeo e irresponsable y otro rico (o al menos cuyo déficit es manejable), también europeo y algo más responsable. El primero necesita ayuda económica urgentemente y apela a su condición de europeo para conseguirla (recordemos: Europa es cuando Alemania paga). ¿Está dispuesta Alemania a prestar ayuda fácilmente? Respuesta clara: no. ¿Por qué? La primera razón, si la hubo, era que la legislación europea prohibía salir directamente en ayuda de un Estado miembro. Una vez comprobado que, de no tomar ninguna medida, Grecia entraría en bancarrota y arrastraría al euro, el argumento legalista se diluyó.
Junto al legalista, había otro motivo más populista y real: el 80% de los alemanes está en contra de la eventual ayuda financiera. No es fácil tomar una decisión cuando tanta gente se opone. La situación preocupa y una parte de la sociedad se pregunta por qué ayudar a alguien que ha mentido y se preocupa por el riesgo de que no se devuelva lo prestado. Diputados alemanes defendieron que, si Grecia quería dinero, podía vender islas que formen su territorio nacional, pero que nada de un plan de rescate. ¿Resultado? Maravilloso cruce de declaraciones entre los dos Estados con diputados helénicos reclamando, 65 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, indemnizaciones por la misma.
Siguiente paso: pasemos a la prensa. El primer motivo, el legalista, fue defendido por todos los periódicos de centro-derecha (color político del gobierno de Berlín). El Frankfurter Allgemeine, periódico clásico conservador, tiene todos los días una noticia de Grecia en su portada. Ya sea en su página web (donde hasta tiene un apartado especial dedicado al tema) o en su edición impresa. Al ver el alto índice de preocupación e interés de los alemanes sobre este tema, incluyeron en el suplemento de viajes que distribuyen los domingos, un reportaje en el que se respondía a una serie de FAQs para que habitante medio de Renania tuviera las cosas claras. Por ejemplo: ¿Merece la pena comprar una isla griega?, ¿Se puede confiar en los helénicos?. Y así hasta quince.
Eso en la prensa conservadora moderada, porque los sensacionalistas del Bild prefirieron el otro argumento: el populista. Mucho más cercano a sus lectores. Explicándolo también a grosso modo, el Bild es un periódico que, en su edición normal, cuesta 60 céntimos (el Frankfurter 1,90€. Más del doble). Vender a ese precio sólo se consigue metiendo publicidad de supermercados baratos (low cost) en las que a toda página se detallan las ofertas de la semana. También con noticias sobre famosos y un nivel de redacción tan básico que te hace pensar que ya sabes un perfecto alemán. Obviamente, intenta acercarse a los sectores sociales con menor nivel de educación. Y lo hace con éxito, llegando a 12 millones de lectores al día. Es el mejor vendido de toda Europa. Siente excesiva debilidad por las noticias de sucesos y crímenes, dando todo lujo de detalles sobre acontecimientos que pueden satisfacer el eventual morbo que sus seguidores tengan: cuántas eran y por dónde entraron las puñaladas que un asesinado recibió, edad, padecimiento hasta su definitiva muerte.
Con el asunto griego, el Bild ha descubierto un nuevo filón, mucho mejor que los asesinatos. A través de sus titulares de portada ha sabido combinar sensacionalismo, populismo, algo de nacionalismo e indignación oponiéndose a la eventual ayuda alemana a Grecia y dando a la vez verdaderas lecciones de periodismo amarillo. De esta manera, utiliza frases que dan la sensación de que ya están dando ayuda cuando todavía no se había aprobado la misma (Los arruinados griegos cada vez peor. ¿Cuánto nos tocará poner?), utilizan frases que contienen la palabra "nosotros", "Alemania", o "nosotros alemanes" contínuamente (¡Los griegos quieren todavía más dinero nuestro!), cada vez que menciona a los griegos les acuña adjetivo pleite (arruinado, en quiebra, en bancarrota). Y se dedica a difundir el miedo a que, de prestarles dinero, no lo devuelvan.
Doce millones de lectores alemanes del Bild no pueden equivocarse, _____________________ (rellene el hueco).
Nota Marginal: Las vacaciones de Semana Santa se nos alargaron más de lo debido, por eso hemos escrito menos que de costumbre. Pero, con la llegada de mayo, pretendemos volver a actualizar esto.
Fotos: Hombre caminando desnudo por Haití tras el terremoto (extraída de El País). Recortes de titulares del Bild sobre Grecia (extraído de un blog del periódico).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Para cuando alguna sobre un descuartizamiento de algún tesalónico?? dIOS TIENE QUE SER GLORIOSO, todo lujo de detalles, trayectoria de los intestinos..etc
Publicar un comentario