jueves, 23 de julio de 2009
Arrugas
Como pueden observar, figura como una de nuestras fuentes de inspiración. Es uno de mis discos favoritos. Por eso, haciendo parada en Madrid antes de marchar hacia el FIB, decidí comprarlo en vinilo. Caprichos de quinceañera. Hablo del "Blonde on blonde", de Dylan. En el formato adquirido cambia bastante, escuchas instrumentos en los que antes no te habías fijado e, incluso, te parece que vocaliza mejor y crees entender lo que dice. Canciones que antes te parecían flojitas se convierten en grandes temas, como Absolutely Sweet Marie.
Lo cierto es que hoy, emocionado por el redescubrimiento de ese disco, he decidido ponerme a planchar todo ese montón de camisetas lavadas tras la experiencia de Benicassim. Y lo he hecho acompañado por el sonido del vinilo. En un movimiento perfectamente armónico, arruguita menos por aquí, I never really meant to do you any harm por allá. Alisar por aquí, She takes just like a woman, yes, she does por allá. Tarareo de Oh, Mama, can this really be the end, to be stuck inside of Mobile with the Memphis blues again, chorrito de vapor. La felicidad más absoluta. La música, la ropa, la plancha y yo unidos FoRevEr and eVeR. Un placer tan grande que ha acabado en el desastre manifiesto: Tres camisetas quemadas. Y yo me hundía en el Blonde on Blonde haciendo que los días me duraran mucho más, lo juro, mucho más.
Nota Marginal: Dentro de unas horas, las dos personas que escriben este blog verán en San Sebastián a Vetusta Morla y a Russian Red. Como pueden observar, dos grupos/artistas que no suelen mostrarse en los escenarios. Si ustedes se portan mal, recibirán una crónica de ello. Tras ello, quien escribe esto, huirá a Francia. Si en el tiempo durante el que voy a estar fuera dimite Camps, no duden en avisarme. Merci.
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W.
martes, 14 de julio de 2009
Humanos
"...¿Pero cómo se atreve usted a decir eso?, ¿no siente vergüenza? Si fuese un patriota se arrepentiría inmediatamente de ello. Afirmar que ahora intentamos mejorar nuestras relaciones bilaterales con nuestra ex-colonia, Guinea Ecuatorial, por un motivo económico es falso. Sí, sí, claro que es la tercera mayor reserva africana de petróleo. Cierto. También que las empresas españolas se han matenido al margen (hasta el momento) de los beneficios que ha proporcionado el petróleo, mientras que los americanos han salido ganando. Pero señalar que si no se hubiesen descubierto hace poco pozos petrolíferos allí, no hubiésemos tenido la más mínima intención de acercamiento a ese país, no es verdad.
Claro, claro que todos sabemos que se trata de una dictadura. Obiang, el presidente, lleva en el poder desde 1979, ininterrumpidamente. Su partido gana las elecciones con el 99% de los votos. Sin embargo, mi ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha tenido el valor de pedir en el viaje que ha realizado el pasado viernes allí "más democracia en Guinea Ecuatorial". Fíjese lo valiente que es. Seguro que las autoridades locales le han tomado muy en serio.
Puede que sean ciertas algunas de las denuncias de Amnistía Internacional acerca de los asesinatos políticos y las desapariciones de personas en Guinea. No obstante, el gobierno que yo presido siempre ha tenido en mente los derechos humanos en el trato con otras naciones. Ha sido una de las principales preocupaciones. No en vano, patrocinamos una cúpula que los ensalzaba para una sede de la ONU en Ginebra. Los mismos antipatriotas de siempre criticaron que parte del dinero destinado a pagarla, fuese de un fondo de ayuda al desarrollo. Son los típicos, los que también nos acusaban de no querer investigar los vuelos de la CIA (realmente, nos era absolutamente indiferente, pero no puedo decirlo), a los que permitíamos hacer escala en nuestro país, y que llevaban como destino Guantánamo, un sitio donde se tortura. Puede creerme, nos importa mucho la situación en materia de derechos de ese país".
Si algún día escuchamos esto a Zapatero, no nos debería extrañar demasiado. Es la triste realidad.
Nota Marginal: Durante unos días estaré fuera. Me voy a ver a Paul Weller, Nacho Vegas, Nudozurdo, Caléxico, The Unfinished Sympathy, Franz Ferdinand más alguna que otra sorpresa. Por cierto, si usted quiere ser lo suficientemente GAFAPASTA (de ahora en adelante, W), lo primero que tiene que hacer es criticar el cartel de este año del FIB. Por ejemplo, como en hacen en el siguiente blog. Da igual que haya grupos bastante decentes, como los ya mencionados, u otros del rango de TV on the radio, Glasvegas o Los Planetas. Usted critique.
Quedan en manos de David y sus intentos de robarle wifi al batzoki que hay cerca de su casa. PNV on line.
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W.
jueves, 9 de julio de 2009
El blog es tan joven y ya hay que hablar de un regreso
Sé que he estado muy ausente por mucho tiempo y he hecho lo análogo a rezar de mi no-religión para que nadie pensara que ha habido desavenencias entre Vázquez y yo a la hora de decidir el rumbo de este proyecto que tenemos en común. En absoluto. Todo es armonía. Incluso movimiento armónico simple.
Lo que ha ocurrido, básicamente, es que me he visto afectado por el drama más trágico (si es que esto no es redundante) que nos asola en esta postmodernidad. No es la Gripe A, sino la ausencia de Internet inalámbrico sin contraseña. He seguido pensando en qué publicar en el blog (o mejor, he querido pensar en qué publicar), pero me he visto incapacitado. Tal vez Internet sea la fuente de inspiración, tal vez sin conexión las musas se desconecten. Yo no lo sé. He sufrido tanto que al final me ha dado por olvidar. Olvidar no sólo que participaba en un blog, sino también mi identidad alternativa en Internet, esa que he forjado a lo largo de duros años de foros, frikismo, porno, socialdemocracia y goear. Y a un paso he estado de perder mi identidad primaria (¿o tal vez ya era la secundaria?). En resumen, he tenido que hacer un gran esfuerzo para llegar a comprender que dentro de este horror sí hay literatura, así que he venido al bar más gafapasta de mi ciudad (que organizó un concurso de microrrelatos al que no me atreví a presentarme), he pedido un zumo de fresa y me he conectado al wifi.
Y lo más simbólico de todo, no sé si bueno o malo, no sé si homenaje o sacrilegio, no sé si esnobismo o ignorancia: estoy utilizando El Aleph como alfombrilla de ratón.
Lo que ha ocurrido, básicamente, es que me he visto afectado por el drama más trágico (si es que esto no es redundante) que nos asola en esta postmodernidad. No es la Gripe A, sino la ausencia de Internet inalámbrico sin contraseña. He seguido pensando en qué publicar en el blog (o mejor, he querido pensar en qué publicar), pero me he visto incapacitado. Tal vez Internet sea la fuente de inspiración, tal vez sin conexión las musas se desconecten. Yo no lo sé. He sufrido tanto que al final me ha dado por olvidar. Olvidar no sólo que participaba en un blog, sino también mi identidad alternativa en Internet, esa que he forjado a lo largo de duros años de foros, frikismo, porno, socialdemocracia y goear. Y a un paso he estado de perder mi identidad primaria (¿o tal vez ya era la secundaria?). En resumen, he tenido que hacer un gran esfuerzo para llegar a comprender que dentro de este horror sí hay literatura, así que he venido al bar más gafapasta de mi ciudad (que organizó un concurso de microrrelatos al que no me atreví a presentarme), he pedido un zumo de fresa y me he conectado al wifi.
Y lo más simbólico de todo, no sé si bueno o malo, no sé si homenaje o sacrilegio, no sé si esnobismo o ignorancia: estoy utilizando El Aleph como alfombrilla de ratón.
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Presentaciones
Y la masa, las 80.000 personas congregadas en aquel estadio, gritaban enfervorizadas su nombre. Era un acto extraordinario. Muchos hicieron colas durante 12 horas para estar allí. Él nunca lo hubiera pensado. Increíble. Fue incapaz de reconocer a uno sólo de ellos. Era un sueño hecho realidad, le había llevado tres años de duro trabajo y noches en vela. Sin embargo, merecía la pena el esfuerzo por ver a toda esa gente acudir a la presentación de su última novela.
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miércoles, 8 de julio de 2009
Buen rollito
Lo rechacé durante mucho tiempo, nunca tuvo mi simpatía. Sin embargo, al estar próximo el Erasmus he caído. Merde alors. Ahora, si ya era poco con un Tuenti, dos cuentas en Gmail, una en Hotmail, otra en Spotify, un brillante blog (modestia aparte) y mi perfil como administrador de la página de Democracia Nacional, me he refugiado en una droga más pura; he caído en el maldito Facebook. Tras hacer el necesario Máster para saber manejarlo (me niego a creer que haya 200 millones de usuarios de algo tan difícil), he descubierto que hay un universo por explorar. Tus personajes favoritos están allí y te puedes hacer amigo de ellos. De esta manera, mi idolatrado Enric González, Elvira Lindo y Stefan Zweig (pese a que lleva muerto desde 1942) han pasado a engrosar mi lista de contactos.
Afortunadamente, esto no es todo. Hay mucho más y en ello reside la RAZÓN (Who the Fuck cree que por un Erasmus me hago un Facebook?) por la que entraste ahí. Ser parte de miembros como "Anti-Tous", "Odio a Paulo Coelho" o "Creo que esa figurita de Lladró me está mirando con malos ojos...", no tiene precio. Dan ganas de gritar: "¡Abajo el buen rollito!".
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sábado, 4 de julio de 2009
Saltos
Empiezas en la tierra. Das saltos. Pronto quieres fumar Gauloises, caminar por París y encontrarte, casualmente, a La Maga a las orillas del Sena. Saint-Germain-des-Prés, los clochards, carteles a favor de la descolonización de Argelia. La música de fondo. El problema de la realidad. Sartre. Supositorios para Rocamadour. Los celos y lo mezquino. El fracaso. Alter egos de escritores. Del lado de acá. Cebar el mate. La Contranovela. El cielo tras 155 saltos desordenados.
Rayuela es todo eso.
Nota Marginal: ¡No huyan!, ¡Les prometemos que la próxima vez que hablemos de literatura, será de lo mucho que amamos a autores como Ildefonso Falcones o de nuestro excesivo interés por la novela negra nórdica!
Rayuela es todo eso.
Nota Marginal: ¡No huyan!, ¡Les prometemos que la próxima vez que hablemos de literatura, será de lo mucho que amamos a autores como Ildefonso Falcones o de nuestro excesivo interés por la novela negra nórdica!
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